Según el diccionario de la RAE el humorismo es un modo de presentar, enjuiciar o comentar la realidad resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas.
Y esto es lo que hacen los tres albumes de los que hablaré en los tres posts siguientes. En los tres libros, (mamá fue pequña antes de ser mayor, cosas que no hacen los mayores y si fuera mayor) a través del humor, hay un aparente posicionamiento del autor contra la hipocresía adulta y al lado del niño. Sin embargo cada uno de ellos lo hace de modo diferente en cuanto al mensaje que transciende, la mirada que sobre la infancia tiene o las técnicas del humor a las que recurre.
El primero, Mamá fue pequeña antes de ser mayor (1999) es otro álbum que merece estar en el #catálogo de libros para niños perversos. Esta obra de las francesas Valerie Larrondo y Claudine Desmarteu se publicó en España por Kokinos. Su última edición que es de 2011 ya no se puede conseguir en librerías y yo me he quedado sin él. Menos mal que tenemos las bibliotecas.
Como en el resto de libros del catálogo se trata de un album que se ríe de un comportamiento humano. En este caso, haciendo uso de la ironía, muestra a falta de coherencia de los progenitores con sus vástagos o en general de los adultos con los niños. El humor sirve como salida a la agresividad y de alivio a la resistencia de los menores ante las normas de convivencia (a la socialización).
A medida que va pasando páginas, un cambio de papeles coloca al lector frente a la imagen de una niña (la madre a la que se refiere el título) que, con expresión agresiva, desmiente con sus actos todas las cosas que en el texto nos dice que no hacía de pequeña.
Unas imágenes llenas de expresividad que parecen hechas por un niño, líneas de trazo grueso, objetos y personajes desproporcionados y sin muchos detalles, una paleta de colores limitada y un texto escueto sirven para crear un diálogo irónico que muestra las incongruencias en las que caemos en nuestro discurso (adulto) a la vez que muestra la realidad infantil.
El libro utiliza una voz dual y busca una doble identificación; con el niño al que se dirige el texto al que le reconforta saber que por muy “malo” que sea, se le pasará cuando crezca y con el adulto, al que recuerda que de pequeño hacía todas esas cosas y eso no lo convirtió en un ser terrible .
Siguiendo las corrientes antiautoritarias de los 90 se pone al lado del niño, lo invita a ser crítico y con la última frase, a desconfiar de la autoridad. Se trata en ese sentido de un libro subversivo. Aunque no llega a cuestionar la necesidad de unas normas sociales de convivencia.
Por último, me ha llamado la atención el cambio de una de las ilustraciones en la edición que he usado de la biblioteca, que es de 2001 y otra posterior que encontré en Internet.
¿qué os parece?
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